Blancos envidiados


Por más que mi lavadora haya maltratado, casi asesinado a mi movil. Es importante para mí. Ya que sin ella andaría mugroso. Con la ropa sucia. Porque no soy de lavar a mano. Y si lo hecho. Pero en muy contadas ocasiones. Unas camisas, algunos polos, y un pantalón de vestir. Y como es raro, que yo lave a mano. Esta historia trata de eso.

Normalmente o usualmente, uso un ropa 2 veces, está bien… hasta 3 veces puedo llegar. Y al lavarlas las meto fácil y mecánicamente a la lavadora. Es innato creo yo. Sé que las lavadoras, no son de lavar bien. No es su fuerte. Y es por eso, seguramente, que solo utilizo la ropa 2 veces.

Ayer recogiendo mi ropa del cesto, para meterlas en la "hambrienta asesina de móviles", me di con la sorpresa que detrás del cesto se encontraba un par de medias, que descuidamente habré tirado y no encajado en el cesto. Estaban sucias. Más sucias de lo habitual -porque me gusta caminar descalzo con las medias- y para remarcar su suciedad eran blancas.

Aseguro que tenían tiempo ahí, porque, desde el año pasado no la había visto o usado, tenían tela de araña, algún cuerpo de bicho encima, polvo y más polvo. Así que me dije: hay que salvar a esta media. La lleve al lavado -o como rayos se llame-. Cogí una tina. La llené de agua. Le eche detergente Ariel Ultra Blanqueador -Srs. de Ariel espero el cheque por publicidad ;)-. No le agregué lejía porque no necesita, si estoy utilizando Ariel Ultra Blanqueador. Dejé remojar 2 horas-me quedé dormido- para que la prenda quede limpia.

Al despertarme, fui a ver como habían quedado mis medias. Y para sorpresa mía estaban blancas, relucientes. Me alegré. Refregué. Las enjuagué. Y mi alegría se opacó. El color blanco que tenía era por la espuma que el detergente proporcionaba y no porque realmente las haya blanqueado. Diseccionado. Volví a llenar con agua la tina. Eché detergente, un chorro de lejía. Lo dejé reposar 10 minutos. Me dispuse a refregar nuevamente. Sobaba con fervor mis medias para que vuelvan a su color verdadero. O aunque sea tengan brillos blancos nuevamente. Sobé y sobé. Hasta que por fin dije ya deben estar blancas. Las enjuagué y si estaban blancas. O mejor de las que podían haber quedado si las metía a la lavadora como tengo por costumbre.

Quede completamente emocionado. Tenía unas medias relativamente blancas, por no decir completamente blancas, y ganarme el merito que se le pueda dar a alguien que lavó unas medias que han tenido más de 6 meses en el olvido. Al fin las colgué. Y dejé al sol.

Cuando las recogí su blanco algodón relucía. Eran realmente un par de medias envidiadas, seguramente, por las otras no tan "blancas". Ahora no sé si usarlas y volver a darme el trabajo de lavarlas a mano o dejarlas así: limpias, blancas, puras, perfumadas y sobre todo envidiadas.

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